Creí que tendría mucho
para decir. Pero me invade un mutismo que generalmente sólo me invade cuando
siento que la película lo ha dicho todo. Acabo de verla por segunda vez. La había
visto hace un par de años y la había calificado con un “7” pero siempre persistía
en mi memoria como algo entrañable: Portman me deja sin habla, es gestualmente
perfecta. Hutton está por lejos en su mejor rol y el resto acompaña
perfectamente. El guion es magnífico e ignoro qué le sucedió luego de este
filme a Ted Demme.
Pero claro, imposible
no quedarse con los sueños rotos de los personajes. Ya lo diría “alguien” (no sé
quién): los sueños, sueños son. Y se queda un Hutton prendado de esa niña que
encarna todo lo que siempre soñó con esos tiernos trece años. Qué locura, qué
maravilla. Cuán distintos terminan resultándonos: la vida a los pretextos, los “amores” ideales al amor.
Esta es una película
revulsiva. Ni me considero una persona muy arrepentida de haber o no haber
hecho pero esta cinta conmueve.
“Una chica linda puede
provocarte mareos. Como cuando bebes whisky con Coca-Cola. Puede hacerte sentir
bien, repleto de lo mejor que conoce el hombre, de promesas. La promesa de un
día mejor. La promesa de una mayor esperanza. La promesa de un nuevo mañana. Ese
aura particular puede hallarse en los andares de una chica linda. En su sonrisa
y su alma. En el modo en que hace que parezca que todo en la vida va a salir
bien. Una mujer hermosa es todopoderosa y eso es tan bueno como el amor. Tan bueno
como el amor.”
Quizá todos seamos promesas incumplidas en algún punto. Sólo tenemos
una promesa certera que vamos a cumplir.
Conclusión: no hay
conclusión. Las historias, que no son realmente historias, se están escribiendo
en medio del éter y el agua que pasa debajo; en medio de un naufragio
espacio-temporal que abruma, que desconcierta pero en el que innegablemente
vale la pena perderse.
¿Por qué no esperar?
¿Por qué no actuar? ¿Por qué Portman nació tanto después? ¿Por qué Hutton no se convirtió en el pervertido
del barrio? Los momentos “propicios”, como las ideas “verdaderas” no existen. Sólo
estamos aquí y ahora.
Me dieron ganas de ver esa película. Y perdernos en el "aquí y ahora" jaja, te sigo leyendo,muy buen blog.
ResponderEliminarE. Urouro