Pasa un tiempo y vuelvo a verla para purgarme un poco, como una
especie de suicidio residual, me revivo con imágenes, como si lo necesitara. Y me
quedo en tantas imágenes finales que dan comienzo a tantas ideas simples que
sólo sugieren ser plural. En un mundo inundado de reglas superfluas, de denominaciones
al uso, de regularidades aburridas, atávicas. Que distintos somos todos y que
poco se nota. Esta necesidad voraz por desaparecerse y parecer otro me aburre
tanto que no siento nada. Una hoja que se cuele en el viento puede asesinar la
esterilidad del mundo de las costumbres. Me detengo entonces a mirar, a husmear
en los escondites aburridos, a buscar en lo opaco y encuentro a este Ben que
destella, que es él porque simplemente no podría ser otra cosa.
La sociedad está mal, Ben está mal...La sociedad "con las capacidades
nor-males" sigue mal, Ben está mucho mejor.
Será interesante el tiempo en el que lleguemos a entender que los parámetros
de normalidad no existen y no son sino imposicione asquerosamente absurdas. Si ser normal significa
comportarse como se comporta la sociedad actualmente, prefiero ser
raro...prefiero ser Ben.
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