Pronunciar
una palabra simple al infinito intentando jugar el juego de vestir los sentimientos
de sonidos comprensibles. Escribir una palabra al aire para que flote allí
adornando aquello que no concebía, aquello que jamás habría imaginado, aquello
que era tan simple imaginar ahora.
¿Cómo
pensar los impensables? ¿Cómo pensar lo pensado por lo que no somos cuando esto
es desvelado por el lenguaje que lo ultraja de aquello por lo cual ha nacido?
En
la imposibilidad de retener nada seguirá fugándose lo propio, lo incomprensible
para el uno y seguirá encontrándose con la fuga de lo incompresible del otro.
Se detendrán aquellos prófugos de bella presencia y desnaturalizado sentido y
habitarán habituando: lo bello a lo real, lo inconcebible a lo compartido.
Me
preguntaba por entenderse. No por entenderme
sino por entender lo que no soy, lo otro, lo desconocido. Me preguntaba
de qué se trata esto de entenderse, esto de derrochar el lenguaje y los sonidos
propios al silencio ajeno, esto de llenar los silencios voluntarios de signos
prestados, de signos regalados, encomendados al cuidado mas delicado de aquello
que del otro atrapamos en el comunicarnos.
Pensaba
en el juego fascinante de desembellecer las brumas personales para
compartirlas, en los disfraces de lógica obligados en los cuales nos vemos
envueltos para mostrarnos. Cuánto debemos quizá alejarnos de nosotros mismos si
de verdad pretendemos acercarnos a aquello que no somos.
Quizá
en el medio obscurecido por la claridad pretendida se diluyan placer en tortura
y viceversa: placer por lo sentido y tortura por lo expresado; tortura por lo
sentido y placer por lo expresado. En las redundancias, en las ficciones, un
abismo inexcusable entre los que se aman, se estiman, se admiran o se ensayan. Una
guerra fría de lo desconocido le permite al “por conocer” sentir que dará
batalla, mas no le será posible: se veda a sí mismo y veda a lo otro.
La
ilusión subsiste abismos y guerras. El éxtasis del placer y la tortura sucediéndose
a si mismos es demasiado para dejarlo.
Las preguntas caerán al vacío lleno de todo lo que resuena, lleno de todo lo
que murmura. Sólo azar y movimiento, sólo eso y nosotros llamándole mundo.
Las
palabras flotarán en la costumbre más sólo flotaran en ese cause. Los amantes, los
estimados, los admirados o los ensayistas de si flotarán también sólo en ese
cause. El cause flotará en la tragicidad de lo expresado por lo sentido, de lo
necesario por hastío, de lo bello por lo desembellecido.
La
palabra del uno y del otro deambulará intentando dar pellizcos a la realidad de
lo sentido mas sólo palpará el aire insípido que deja una huella vaporosa en la
bruma, la huella de una nube que se llevara el viento hacia ninguna parte.
La
palabra del uno y el otro deambulará buscándose en esa creación en que consiste
interpretarse.
La
palabra a secas, la que no es ni el uno ni el otro desaparecerá en la estela
que dibuje el sentimiento que se olvida de si para expresarse: la expresión
placentera que tortura, la expresión torturante que da placer.
Bravo bravisimo!increíble cada palabra, Te aplaudo !
ResponderEliminarEmilia Lozano Menehem.
Cerca del final, cuando decís algo " La palabra del uno y el otro deambulara buscándose en esa creación en que consiste interpretarse" es parecido a lo que hablamos ¿Que haríamos sin esas palabras?
ResponderEliminarMe fascino. La verdad me dejas sin palabras.
E.J Urouro