miércoles, 29 de agosto de 2012

El Presente Perfecto

Aclaración: el presente es un ensayo breve, pretendidamente filosófico, que intenta re-pensar qué sea aquello que al pasar llamamos "presente". Si bien considero que es un ensayo relativamente corto, los tiempos en internet suelen ser bastante más acotados que cualquier ensayo. Por lo cual, he pensado en ir publicándolo por apartados. Espero que lo disfruten.

El Presente Perfecto 
Sólo la realidad supera la nimiedad del suceso

Algo pasa, las sucesiones del tiempo se desnudan de actualidad revistiéndose de anterioridad. Sucesos pretendidamente actuales, proyectan sucesiones provenientes, esperables, aparente o pretendidamente reales.
Desplazando la frivolidad emplazada en el suceso por la cuantificación del tiempo, pretendiendo escindirme del movimiento in-detenible e in-observable del mundo, sujeto a pretensiones inocentes de describir una temporalidad, inconmensurablemente más compleja que la concepción del tiempo que tenemos, creamos y nos recrea progresivamente, es que intentaré pensar ésta temporalidad tan humana como el hombre mismo.
¿Cómo pensamos en el tiempo los hombres que actualmente lo vivimos con tal apuro? ¿Cómo pensar ese pensar a cerca del tiempo al que constituimos en la misma medida en la que él nos constituye? ¿Son los pretendidos conceptos de presente, pasado y futuro tan claramente distintos como nos referimos a ellos en la cotidianeidad? ¿Cuándo sucede el suceso? ¿Cuándo es real aquello que pretendemos por realidad?

 Introducción

En la imposibilidad del detenimiento real, he pretendido contemplar aquellos sucesos instantáneos en los que trascurre el vivir de cualquier ser ordinario. Atendiendo al suceder de instantes que tienen un tiempo, que son en un tiempo pretendidamente determinado. Me he pensado y pensado al hombre como un ser temporal aun ante la concepción nostálgica del instante pasado. Aun ante el abismo separador de nuestra metáfora cuantitativa, nuestra concepción del tiempo, del caos ininteligible del fenómeno que identificamos como mundo.
Para ese ser temporal que somos, existe un tiempo, hay un tiempo que pasa, pasante, pasado y, tergiversado con cierta ignorancia, existe un tiempo por pasar, por venir o un tiempo que no ha pasado.
A veces, como seres temporales que somos, surgen cuestionamientos a cerca de nuestra temporalidad a los que difícilmente podamos darles respuestas definitivas.
De aquí, que se deprendan una serie de especulaciones a cerca de la temporalidad que abarcan los tres momentos temporales por excelencia: pasado, presente y futuro.
Éste ensayo tendrá por objeto versar en torno a un grado especial de presente, el presente en el que todo sucede, el presente que denomino perfecto.
En adelante, consideraré brevemente qué sea eso que entiendo por pasado y por futuro para, posteriormente, esgrimir una concepción de presente dentro de un marco teórico-conceptual correctamente planteado. No pretendo, en principio, realizar una genealogía del tiempo sino que lo tomaré como una concepción propia del ser temporal que somos. Es decir, pensaré todas las cuestiones atinentes al ensayo sin redundar en preguntas existenciales a cerca del tiempo o buscando las causas originarias de la concepción temporal que el hombre tiene del suceso de la vida.
No me detendré en consideraciones acerca de qué sea eso que llamo “ser” dado que sólo llamo “ser” al ser que existe ahora, con posibilidades plenas de remitirse a un pasado o divisar un futuro, llamo “ser” simplemente a éste capaz sostener ahora las hojas en las que he depositado mi texto. El uso del término “ser”, remite a la imposibilidad de remitirme al “hombre” como “sujeto”, “persona” o “humano”. Tales conceptos, contrastan indefectiblemente con la visión que intento plasmar en este trabajo. Aun a sabiendas de la carga lingüística del controvertido término “ser”, me arriesgo a quedarme con él porque es sin lugar a dudas el que más refleja la inmersión inescindible del hombre en el mundo, que no podría pensarlo como “sujeto”, ni “persona”, ni en su dimensión “humana” sino, y en relación al tiempo, sólo en su ser, su ser en el tiempo.
En cuanto a la complejidad lingüística del texto, decir que cuestiones complejas exigen un tratamiento y por ende, un lenguaje un tanto más complejo que el lenguaje al uso y por supuesto, de parte del lector, un esfuerzo acorde.


Imágenes por Fluorencia Carrizo

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