jueves, 5 de abril de 2012

(11) Fuga II (Diálogo)



Pronunciar una palabra simple al infinito intentando jugar el juego de vestir los sentimientos de sonidos comprensibles. Escribir una palabra al aire para que flote allí adornando aquello que no concebía, aquello que jamás habría imaginado, aquello que era tan simple imaginar ahora.
¿Cómo pensar los impensables? ¿Cómo pensar lo pensado por lo que no somos cuando esto es desvelado por el lenguaje que lo ultraja de aquello por lo cual ha nacido?
En la imposibilidad de retener nada seguirá fugándose lo propio, lo incomprensible para el uno y seguirá encontrándose con la fuga de lo incompresible del otro. Se detendrán aquellos prófugos de bella presencia y desnaturalizado sentido y habitarán habituando: lo bello a lo real, lo inconcebible a lo compartido.
Me preguntaba por entenderse. No por entenderme  sino por entender lo que no soy, lo otro, lo desconocido. Me preguntaba de qué se trata esto de entenderse, esto de derrochar el lenguaje y los sonidos propios al silencio ajeno, esto de llenar los silencios voluntarios de signos prestados, de signos regalados, encomendados al cuidado mas delicado de aquello que del otro atrapamos en el comunicarnos.
Pensaba en el juego fascinante de desembellecer las brumas personales para compartirlas, en los disfraces de lógica obligados en los cuales nos vemos envueltos para mostrarnos. Cuánto debemos quizá alejarnos de nosotros mismos si de verdad pretendemos acercarnos a aquello que no somos.
Quizá en el medio obscurecido por la claridad pretendida se diluyan placer en tortura y viceversa: placer por lo sentido y tortura por lo expresado; tortura por lo sentido y placer por lo expresado. En las redundancias, en las ficciones, un abismo inexcusable entre los que se aman, se estiman, se admiran o se ensayan. Una guerra fría de lo desconocido le permite al “por conocer” sentir que dará batalla, mas no le será posible: se veda a sí mismo y veda a lo otro.
La ilusión subsiste abismos y guerras. El éxtasis del placer y la tortura sucediéndose a si mismos  es demasiado para dejarlo. Las preguntas caerán al vacío lleno de todo lo que resuena, lleno de todo lo que murmura. Sólo azar y movimiento, sólo eso y nosotros llamándole mundo.
Las palabras flotarán en la costumbre más sólo flotaran en ese cause. Los amantes, los estimados, los admirados o los ensayistas de si flotarán también sólo en ese cause. El cause flotará en la tragicidad de lo expresado por lo sentido, de lo necesario por hastío, de lo bello por lo desembellecido.   
La palabra del uno y del otro deambulará intentando dar pellizcos a la realidad de lo sentido mas sólo palpará el aire insípido que deja una huella vaporosa en la bruma, la huella de una nube que se llevara el viento hacia ninguna parte.
La palabra del uno y el otro deambulará buscándose en esa creación en que consiste interpretarse.
La palabra a secas, la que no es ni el uno ni el otro desaparecerá en la estela que dibuje el sentimiento que se olvida de si para expresarse: la expresión placentera que tortura, la expresión torturante que da placer.

2 comentarios:

  1. Bravo bravisimo!increíble cada palabra, Te aplaudo !
    Emilia Lozano Menehem.

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  2. Cerca del final, cuando decís algo " La palabra del uno y el otro deambulara buscándose en esa creación en que consiste interpretarse" es parecido a lo que hablamos ¿Que haríamos sin esas palabras?
    Me fascino. La verdad me dejas sin palabras.
    E.J Urouro

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